sábado, 25 de agosto de 2012

La Condesería Vampírica.

Historia Vampírica.
Conde es un título noble o de la realeza que empezó a aplicarse desde la República en el Imperio Romano donde los condes eran aquellos a favor del rey. Cuando llegó la época de Constantitno los condes obtuvieron títulos más altos además de tierras extensas donde imperaban tanto a los villanos de ellas como a sus ganancias. Los condes tenían muchos privilegios y por lo mismo en el siglo XIX los perdieron convirtiéndose los condes en simplemente un título honorífico. La esposa del conde se le llamaba condesa y al pueblo o los territorios que gobernaba era condado.
 
Cuando hablamos de la condesería vampírica no nos referimos al tiempo de los romanos sino a la Era Medieval. La Cultura popular nos enseña que los vampiros son algo enteramente asociado con este noble título. Esto se le atribuye a que en la novela de Bram Stoker, Dracula, el personaje principal vampiro es un conde de muchas tierras, también se debe a que algunos personajes de la historia relacionados con el vampirismo eran o estaban emparentados con la Condesería como el mismo Vlad Tepes, Elizabeth Bathory o Gilles de Rais que aunque este último jamás fue conde si tuvo muchas tierras que gobernó. También Nosferatu es considerado conde.
 
Hay todavía inumerables leyendas de líderes políticos o monarcas o hasta condes emparentados con el vampirismo durante la época medieval, todo esto hace pensar a los creyentes de los vampiros que durante la Edad Media los vampiros eran importantes aunque la gente no lo supiera. Un vampiro obtendría el puesto de Conde por varias razones: podría ser el familiar del rey, podría amenazar al rey, podría ser un héroe y a cambio el rey le otorga las tierras o bien el conde se transformó en vampiro después de ser nombrado conde.
 
Esta alta posición política para los vampiros sería conveniente debido a que así nadie sospecharía de ellos al atacar a su propio pueblo para conseguir sangre y si alguien lo descubriera, al ser él conde la ley no le aplicaría, además de todos los antojos de la vida de monarca de una villa.
 
Las condeserías vampíricas se caracterizaron por la ausencia de la presencia del conde (cosa que no era tan rara ya que en las villas y feudos la gente a veces ni veía al rey), no hay producción de ajo, matanzas sin saber qué pasa, poco poder del clero, un crecimiento de número de vampiros, el castillo estaría lleno de ataúdes para vampiros, etc.
 
Se dice que los vampiros le debieron a sus altos puestos como condes su elegancia, su forma de vestir, su pelo restirado, su alto porte, el ser finos y beber sangre de una copa, el hablar con mucha propiedad y hay quienes piensan que en esta etapa se adoptó eso de que un vampiro no puede entrar a una habitación si no lo deja pasar un humano. Esto se dice que fue por educación y respeto. Toda esta elegancia duró años y lamentablemente se ha comenzado a perder hoy en día.
 
Los vampiros eran buenos gobernantes dejando de lado su masacre de sangre. Los vampiros rumanos, que eran los que imperaban al reino vampírico, tenían control sobre algunas condeserías y de hecho ellos nombraban condes. El vampiro líder rumano era conocido como el Conde Mayor.
 
 
Las condeserías vampíricas tuvieron varios finales. En el mejor de los casos sólo perdieron sus tierras o se les fueron arrebatadas. En la cultura popular nos muestra uno de los finales de las condeserías vampíricas en donde los villanos enfurecidos van al castillo, lo corrompen y matan al vampiro mayor, a veces con la intervención de otro pueblo o nación. Otro caso de la cultura popular es cuando la Santa Inquisición es la que acaba con la condesería.  

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