lunes, 2 de julio de 2012

Testigos de la Magia + Alquimia

Nicolás Flamel.
Nació en Pontoise en 1330, mismo lugar donde vivió su infancia hasta que al crecer trabajaría en el negocio familiar como copista, igual que su padre. Flamel comprendía a la perfección el latín y el hebreo. Cuenta la leyenda de su vida que al trabajar en esto se hizo con un grimorio alquímico (según datos lo compró a un brujo o lo recibió de un ángel) como fuera este grimorio resultó altamente atractivo para su ser sobre todo por los complicados misterios que contenía.

Sin embargo, en sus viajes encontraría a un rabí de León que le ayudaría a interpretar el grimorio. Gracias a esto, Flamel pudo lograr algunas de las más grandes proezas de los alquimistas como crear un homúnculo, transformar cosas en oro o aún mejor, obtener la inmortalidad. Todo lo anterior gracias al poder que supuestamente Flamel adquiriría con la Piedra Filosofal.

Él y su esposa, Perenelle, se decía que gozaban de inmortalidad. Sus dotes alquímicos fueron usados a favor de Francia durante la Guerra de Cien Años. No obstante pese a haber conseguido su inmortalidad, Flamel y su esposa morirían en 1418 pero sus cuerpos nunca aparecieron en la lápida lo que dio la creencia, sobre todo en oriente, que Nicolás Flamel seguía vivo.

A Flamel se le corona como uno de los alquimistas más famosos de la historia, en la cultura popular su nombre es usado como referencia, como por ejemplo en Harry Potter donde aparece como un personaje inmortal.

Nicolás Flamel es un Testigo de la Magia porque consiguió y dominó la Alquimia en un envidiable esplendor.  

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