Durante el día de los muertos los mexicanos acostumbran colocar un altar de siete pisos en los cuales vayan poniendo aquellas cosas que recuerden al difunto. Hasta la cima del altar se coloca su fotografía, en el segundo piso las cruces recordando que éstas son señales de la dirección que tomará el difunto. Además estas cruces simbolizan la presencia de Dios y de Cristo en la vida. A continuación se ponen veladoras.
Los mexicanos antiguos pensaban que durante este día especial, sus seres queridos que ya habían muerto, regresaban a la Tierra para visitar a sus familias. Algunos pensaban que volvían en forma de moscas, otros en forma de mariposa monarca. Por esto se colocaban veladoras, para que iluminaran el camino del muerto, y que éste pudiera llegar hasta su destino.
En los escalones siguientes se colocaba comida, toda la comida que le gustará al difunto pues si un muerto viene de visita, necesita qué comer. También se pone su ropa y sus cosas para recordarle cómo era su vida antes de su muerte.

Las calaveras son otra tradición común. Éstas son poemas y versos en los cuales se menciona a algún difunto y a La Muerte (con el nombre de parca, huesuda, calaca, catrina, etc). Estos poemas son para reírse de la muerte pues este es también el fin de esta festividad.
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